Roberto Dueñas, locutor de radio y exesposo de Marlén Olivarí, enfrenta nuevas acusaciones de presuntos tratos vejatorios tras su regreso a Coquimbo luego de ser imputado por amenazas a un juez y su hijo en 2029. Personas que trabajaron anteriormente con Dueñas han denunciado acoso laboral y condiciones laborales abusivas, incluyendo largas jornadas de trabajo y la falta de remuneración por horas extra.

Una investigación de El Mostrador reveló que Dueñas, conocido como «Peluche», ejerce un poder considerable en Coquimbo, utilizando la farándula política como un gancho comercial. Testimonios de excolaboradores describen un ambiente de trabajo tóxico, con Dueñas imponiendo su autoridad de manera intimidante. Uno de los denunciantes relató cómo Dueñas, al despedirlo, amenazó con arruinar su carrera en la región, comportamiento que al parecer, también sufrió otros compañeros.

El relato de una periodista que trabajó con él destaca cómo Dueñas llegó a la región con la intención de reinventarse tras su polémica etapa en la capital. Sin embargo, con el tiempo, su comportamiento cambió radicalmente, y comenzó a ejercer su poder de manera abusiva, creando un entorno de trabajo hostil.

Otro locutor radial que trabajó con Dueñas lo describe como un «mercenario de las comunicaciones,» que utilizaba tácticas de presión y extorsión para controlar a sus empleados, llegando incluso a acuerdos económicos para silenciar las quejas.

Ante estas acusaciones, Dueñas desestimó las críticas, afirmando que está acostumbrado a la controversia y que proviene de un entorno de farándula donde es habitual recibir ataques mediáticos.